Ya estaba derrotado en la lona,
eran demasiados los golpes recibidos,
pero de repente me levanté para ver qué pasaba,
ese suceso provisiono su furia.
El no lo había previsto,
sabía que debería matarme para vencerme,
rompí sus previsiones ya que se enfrentaba a un escenario distinto,
donde predominaría el desgaste sujeto a vaivenes mortales.
Era otra pelea , ya no se trataba de ser el mejor,
se trataba de ser insensible,
de aceptar los golpes y el dolor,
eso a el le irritaba, le compugia en su alma miserable.
A veces, no se trata, de ganar, se trata de no perder,
de sobrevivir con el cáncer,
de aguantar hasta que el compañero llegue,
o de llegar a las tablas por ahogamiento, sí, eso es, como en el ajedrez