Esclavitud,
que ahora veneramos
en la que se encuentra consuelo
tras lo que hemos dejado pasar
guerra
hambre
muerte ajena
Esclavitud que cobija
la culpa de nuestro silencio
al ver de reojo
el daño ajeno
Esclavitud de oro
plàstico y hojalata
esclavitud adinerada
de piedras
rubíes
y casas decoradas
Esclavitud de arte
aspiraciones y
viajes.
Sujesión a un progreso
desentendido
desencajado..
de una humanidad
computarazida
llevada al olvido.
Dios no ha muerto,
ha muerto el hombre.