Recorres la distancia angular desde el filo de mi pezón,
al paralelo ya en órbita de mi feminidad.
En tanto me elevas,
me abrazó a tu cintura con mis piernas,
tus manos se aferran a mis nalgas que ya están en declive
ante la sutil incitación del poderío que emerge de tu naturaleza.
Como cual ley de la gravedad,
y asaltada por el deseo vehemente que atraviesa el borde de mis labios
ante la probabilidad que satures la cueva de mi boca con el mástil dominante de tu hombría,
me desplomo,
caigo justo en tu vértice,
en tu fuente de vida.
Me colmó, me lleno, me completo,
mi climax es pleno, total.
Sujetas mi cabello con tal fuerza que por la misma ley de la gravedad,
en un segundo,
menos de una milésima,
estoy como jinete desesperado cabalgando en ti.
Tú en mi, me haces más diosa que Afrodita,
más heroica que Juana de Arco,
mas villana que Cleopatra,
más atrevida que mis letras.
Tú en mi, me haces mujer,
yo en ti, hasta el amanecer.
LoreCruz
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2017