Mirame,
Entregándole terreno a la tristeza
Desde que dejaste de acordarte de mí
Un corto tiempo dura por siempre
Encierro con colores grises las letras de tu nombre
Lo pronuncio en mi idioma
Empiezo a olvidarme los sonidos
Tu voz me alimentaba
Un hambre voraz en mí se desata
Arrancado de mi alma cual carne podrida
Un minuto quisiera, un minuto solamente
¿Será mi grito mudo capaz de alcanzarte?
¿Estás también esperando escucharme?
No vuelvas nunca a mí
Camino en paralelo, mejor no desviarnos
Inconveniencia del fuego alejado
Apenas diviso humo, a penas casi lo apago