Ya lo dijo el Viejo y Sabio Poeta:
La culpa es de uno cuando no enamora.
Callando el odio a esta efímera demora,
Y dolor, cuando Cupido dispara su saeta
Es así y justo así, como uno es ciego,
Hasta con los ojos bien abiertos,
Por no tomar de la vida ciertos eventos,
Ignorando el peligro que hay en el juego
En este juego donde somos extraños,
En penumbras, descubres mi banal deseo
Y es el mismo anhelo, que en sus ojos leo,
Donde a terceros, no mediremos los daños.
Más ahí va uno, intentando crear la Poesía,
Como queriendo sacar agua de una piedra
U oler el aroma de una rosa en una hiedra,
Y así, el crear se vuelve toda una Utopía.
Difícil situación con esta historia compleja,
En donde de mí, no es ni amiga, ni amante,
En donde nos queda mucho camino delante
Para decir que somos más una que pareja.
La culpa es de uno cuando ya no enamora,
Es así mismo, donde uno más se equivoca,
Me muero como pez, por mi propia boca.
Al decirle aquel día, esperarle hasta ahora.
Sin Usted, se halla todo mi ser lóbrego,
Porque usted es luz y yo solo tinieblas,
Si llegara, disiparía todas mis nieblas
Y me llenaría de paz con todo su fuego.
Pero esta historia, no nos dejó moraleja,
El pecado cometido, aun nos persigue,
Pero el pensamiento será el que castigue
Por no haber sabido formar una pareja