yito

Desamor.

 

 

Dos espadas sin filos a la niña

que ha nacido sin luz en la mirada

poco a poco, cual aves de rapiña

le desgarran el alma en su alborada.

 

Un desierto, han vuelto a la campiña

que los viera soñar, esperanzada

embriagados del fruto de la viña

hirieron su querer de una estocada.

 

Al capullo deseado con dulzura

hoy deshojan sus manos, sin ternura

colmadas de amarguras y rencores.

 

De que sirven sus lágrimas por ruego

si cuando del amor, se adueña el ego

le roba   al arco iris, sus colores.