Me hiciste enmudecer,
privando mis sentidos
cuando dijiste; ya no.
Intente enfriar mi alma,
y no puedo, no puedo
trovador de mis sueños,
ladrón de mis te quieros,
que tanto te envolvieron
y a mi me enloquecieron.
Percibí tu aroma, cargado
de deseo, susurros del alma
que decían no puedo,
ese ambiente enardecido
y mi corazón encendido,
provocaban mis instintos
tanto tiempo adormecidos.
Solo tú, eres mi delirio,
mi vida, mi sueño, mi pasión,
caballero de mis dias,
dueño de mi corazón.