matarina matarilalirare
en los valles de la alegría
yo te encontré
admitiendo los encuentros
mas difusos
y encayados de mares eternos
de sueños efímeros
que condimentan las viejas
alegrías de un pastor alemán
a razón de invertir las fuerzas
para demostrar quien manda
para soslayar la tibieza
de la piel recién pulida
con frenesí adjunto
en variantes improbables
al llegar la mañana
y despertar de un letargo
de mil años austeros
poco resueltos y muy
embusteros