Supongamos que es invierno,
pensemos en el frío...
hay viento, llueve.
Imaginemos que estamos tristes...
todo el cielo gris
nos envuelve.
Creamos que existe pena...
nos bañamos de angustia.
¿Qué pensará el corazón?
¿Qué dirá el pensamiento?
¿Sufrirán sin motivo,
llorarán sin razón?
Habremos constatado
que somos frágiles seres
y sentimos de verdad;
hechos con inocencia,
envueltos de orgullo,
vulnerables a todo...
nada más.
Supongamos que es verano
pensemos en el calor...