Antonio Recinos

MurciƩlagos...

La belleza es para los poetas y el misterio para los genios...
Pero definitivamente la inspiración que embriaga a ambos es una mandíbula cruel con miles de libras de presión. Mastica y desmenuza la paciencia de su presa.

La belleza y el misterio, ideas que agazapadas en los campanarios,en compañía de los murciélagos que custodian la oscuridad de lo sacro y vil.

Retazos de ideas inconexas que hierven en el subconciente y no se vislumbran en lo visible...
He allí el desafuero, el tormento, no llegar a comprender un secreto vedado por elementos indescifrables, que no dan respuestas, solo migajas de señas entre carcajadas burlonas e inaudibles ante el desasosiego.

Ideas deformes, oráculos confusos de esfinges que distraen el propósito, sometiendo todo a un dolor presente e ilusorio... Que cosas, no?
ser lo que eres sin una retribución.

Porque allí se está, cazando pensamientos que revolotean esquivos y se desvanecen al sentir la luz del día... Pequeños insectos que suben por la médula... Pican y succionan la savia del conocimiento, secando un cerebro poco a poco dejando a un triste e inútil bagazo sin voluntad.

Allí están, aleteando ciegamente ésos murciélagos, los cuales no son más que insinuaciones, golpeándose torpemente con los muros y vallas de mujeres sonrientes que solo hacen sumergirse en la fantasía pueril de camas lujuriosas y sábanas empapadas de segundos avaros.

Gritar que si!!!
Joder, que no!!!
No hay ni cinco letras que tan siquiera formen la transcripción de lo absurdo... Triste e inútil bagazo sin voluntad.

Vela púes, Señora mía mi sueño...
Espanta tales alimañas de mi cerebro...
Corta compasiva y de raíz esta extensión con lo intangible...
Vamos, dejame ser como el bruto porque tu enemigo ancestral, luz de la belleza es la pretención a desvelar los secretos que custodian los murciélagos desprestigiados que nacieron de capullos muertos.

Govinda Recinos.