Las letras son la única forma de desahogar la angustia de vivir.
No me arrepiento de cada día,
Pues he escuchado mucho y está bien.
Sigo escuchando, pensando...pensando...
que menos humana me vuelvo,
Porque es necesario para ver todo desde fuera,
el dejar un poco de sentir.
Sin embargo, por cuanto más descubro aquello a lo que soy llamada a ser,
Más distante mi corazón está del mundo,
Como protegido, escondido, con llave.
Pues no hay cómo,
no hay oídos,
no hay tiempo para mis palabras,
No hay calma para el grito ahogado en mi interior.
...¿Quisieras oírlo?...
No quisieras,
Nadie quiere.
Porque todos están sufriendo mucho,
y yo como todos aseguran, no siento nada.
Demasiado hielo, más vale que lo crean así,
Así camino,
un día a la vez,
pues hay mucho que hacer,
Ya no recuerdo aquel cariño sin más,
un cariño puro, libre,
que vaya con quién soy llamada a ser.