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SUEÑO

    El otro día, al salir del sueño en que estaba inmerso, enfrentándome a la luz del amanecer, pude comprobar como logran disiparse, algunas actuaciones, en cierto modo desagradables.   La penumbra de la noche, solapada por la incertidumbre, no deja alternativas que ayuden a combatir tanta necedad existente. Os diré que por regla general, suelo regresar por el camino acostumbrado, pero en esta ocasión, se esfumó del mismo modo que lo hace el humo procedente de la paja seca.   Esperaré otra oportunidad, pues tengo marcado interés en saber, hasta que punto es cierto,que los seres humanos, pueden llegar a amarse y odiarse, en tan solo escasos minutos.