En el último sorbo
la humedad
se aloja en la danza de los yerbajos
Inermes las rocas
atrapan pensamientos de ocultas melancolías
Las olas se animan
junto al tiempo
surcan recuerdos
A la deriva
abren las estelas
Hilvanadas de blancura
las aves
advierten existencias
Antes de ocultarse
el viejo faro inicia su faena
abrumadoras
las distancias dejan de ser incógnitas
De nuevo
la marea extiende su ternura
desnuda de soledad