Aguantar de pie se nos hizo jodido. Cuando las piernas te tiritan y sientes un vacío en el estómago nada puede ir bien por tu cabeza. Los buenos tiempos renuncian y tras unos meses te sabe la boca a cenicero, los días largos son cada vez mas amargos y las noches sin horizonte te saben a poco. Intentas ser positivo pero alguien se bebió el vaso medio lleno que dejaste en la nevera. Te enjuagas la boca con café, esperas a que el endiablado reloj marque las dos para salir de la cama y le prendes fuego a la que seguramente vaya a ser la mejor comida del día. Primero fumo, luego existo. Ducharse, poner una canción aun mas fría que el agua y mirarse al espejo con esperanza de que algún día la persona que hay al otro lado del cristal se parezca un mínimo a la que vive en tu cabeza. No se necesita mucho mas para llegar a escribir esto, para darse cuenta de que las hojas secas cortando el viento tienen mas alma que tú.