Si yo fuera el señor que está en el cielo como cualquier mortal mi ley quebrantaría: alargaría los brazos de la noche… quitándole pestañas a la luna, dejando al mar sumido en su letargo para toda la vida.
Si la lluvia, en su trayecto, se endulzara con la miel regurgitada de los dioses, ¡ofrézcome!, bocas como gotas la esperaran abiertas y en silencio, rezando un padre nuestro digerible.
Si el silencio de los muertos se rompiera con las coplas murmurante de las tenias estómagos aventados se vendieran cuan si fueran bajillas de porcelana.
Si el azul fuera el color de la esperanza y el verde transitara en nobles venas las semillas sembradas en los campos fueran trozos de paisanos destripados posesores de mención honoris causa.
PABEDIZ…