Abreva en tu herida, unicornio: siamés de ti mismo, unido a tu palabra, palpitas cubierto de muerte que llueve como polvo de arenales desde tu centro:
Mira: desgarra tu vida: de rojo viste el crepúsculo, es el momento de desistir: la aureola promete lides, así que galopa desenfrenado, huye de tu carga maldita:
Sofoca hasta la última partícula de cosmos guardada en la cavidad que pulsa la capacidad de existir!