Te cantaré al oído porque yo te susurro
No me gusta el ruído por eso no te grito
Me gusta como eres, de lo tuyo nada te quito
Yo solo con todo, pero sin ti, me aburro.
Después me dormiré en un dulce sueño
Me pasearé por el idílico edén
Viajaré en ese fantástico tren
Y soñaré que soy afortunado por ser tu dueño.
Hay canciones que uno recuerda
A pesar de ser antiguas
Cuando las niñas saltaban a la cuerda.
Hay sonidos que son lamentos
Hay vidas tristes y exigúas
Que conocen pocas alegrías y muchos tormentos.