Lejos, distantes e indiferentes estamos,
cada uno con el dedo índice señalando;
marcado contraste en todo momento encontramos;
clara es la señal; uno de los dos sale sobrando.
Aquel amor declarado nunca se asomó a la salida;
fue imaginación surtida entre rosas prendidas
de una primavera de pétalos de mentiras;
con retoños secos y espinas pulsando como lira.
Iniciamos mal; sobre terreno frágil jugamos,
desventurado deseo no debió ser consumado;
desunión, alejamiento en la esquina nos espera.
Cupido se fue corriendo, ya ni lo veo allá afuera.
Se espanta el oído; palabras furiosas
llegan veloces, dispuestas con sable y espada
tajando al afecto, y en la lluvia congojosa
ahogan al corazón con cada aguda puñalada.
Eludir, evitar, esquivar más no puedo
desencanto asfixiado indaga escapar;
alejarse es la perfecta salida de este enredo,
deshojando destellos para no volverme a empapar.
Julio Medina
9 de septiembre del 2017