¡Oh Pena!
Bendita pena es mi dulce compañía,
que, al pasar el tiempo más intenso estas,
¿de dónde vienes y para dónde vas?
Solo yo en mi fragilidad,
que estremece mi ser de frío y soledad.
De mi corazón brotan sus consuelos,
¿dónde estás felicidad?
Perdida en el laberinto oscuro de mi ansiedad.
Deseo liberarme, viajar, volar,
pero tus cadenas impiden mi libertad.
¿Dónde, cuándo o por qué? No lo sé,
lo único que viene a mi mente son los sueños,
los recuerdos de esta amarga existencia y nada más.
Si pena, escurridiza como rapaz
me roba las ilusiones, los colores de la vida
sin darme la oportunidad de descubrir
la belleza, las dulzuras que hay en el amor.
La tristeza me abraza, sufre mi corazón,
en mi interior se escucha un grito que se ahoga de dolor,
me niego a creer, así digan que todo terminó y
que solo quedan cenizas de este amor.
Me siento vacío sin ser correspondido,
amar sin ser amado es
morir en vida o vivir engañado,
solo eso nada más.
Vida mía no me abandones
a mi suerte por favor
porque el dolor es tan intenso
quema por dentro, por fuera,
no soporto más este tormento.
Nunca comprendí, no entendí,
¿Por qué la vida es así?
Aún guardo la esperanza que al cruzar
nuestros caminos, termine la oscura noche y
nos juntemos como almas gemelas
en busca de nuestra felicidad.
Tú, pena, te adueñaste de mi ser
como el más valioso tesoro y así no es,
porque vivir la vida,
es un mandato de Dios
por el solo hecho de nacer.