Amor, no me dejes, me dijiste aquella tarde,
cuando mi nave otro rumbo iba a empezar,
me estrechaste a tu cuerpo y fui cobarde,
no pude dejarte, no me quise separar.
Pero en el mar la vida es más hermosa,
por eso yo tuve muy pronto que partir,
te prometí cultivarte como una rosa,
pero ni así tú no me dejaste ir.
Hoy al surcar de nuevo otros mares,
otros horizontes a mi vista vienen y van,
unos llegan y otros se van pidiendo favores,
por aquellos amores que lejos están.
Amor de una tarde, amor de un consuelo,
amor que te fuiste junto a las olas del mar,
hoy trato en mi noche buscar el remedio,
para este corazón que no deja de amar.
Muchas veces le he dicho, que no se enamore,
que viva la vida y el momento también,
pero la noche me dice por favor no te demores,
que un amor está esperándote en este vaivén.
Te tengo que dejar amor de mis sueños,
pues en otro puerto esperándome están,
la angustia me mata y aprieto mis puños,
porque no soporto las olas que vienen y van.
Ya no guardes tristeza, tampoco un duelo,
este sueño se termina muy pronto al amanecer,
no guardes rencores, tampoco consuelo,
amor de un día pronto he de volver.