La dirección de tu mirada se encamina;
hacia mí física y metafísica
aún sabiendo que hay moros en la costa.
Pero no te gusta el camuflaje
y todavía le agregas a tu equipaje
una sonrisa de Dioses.
Te recuerdo que soy matemático
suelo entender patrones a mi alrededor
y tu mirada se ha pintado en mi paisaje
ya en más de una ocasión.
Sigues ejerciendo tu libreto
inédito por cierto
ajeno al paraje de lo ordinario
no dejas de verme
te recuerdo que hay un sargento a tus espaldas
del cual ya se desprende la sospecha.
Insistes con tu mirada
ahora soy yo el que disimula
evitándote un problema con letras mayúsculas
y me digo a mi mismo...
¡Me encantaría besarte hasta las sombras!
tal como parecen decirme...¡tus ventanas del alma!
pero debo ahorrarte problemas
aun sabiendo
que es complicado tapar el sol con un dedo.