Ariello

El vino y el agua

El vino y el agua

 

Una copa sed tiene de aquel vino

añejado en el vientre de un tonel,

con la  sed que se liba el néctar fino,

ese almíbar tan dulce y purpurino

sólo dioses lo beben en tropel.

 

Y preparan suntuosas bacanales,

la vendimia la esperan con pasión,

se emborrachan después como animales

se transforman como pavos reales

y terminan botando su ingestión.

 

Con la copa sedienta de agua pura

se equilibra la angustia de la sed,

buen indicio las aguas nos augura,

purifican nuestra alma, dan frescura

y está siempre dispuesta a su merced.

 

Es el vino, del agua, diferente,

es de dioses el vino, bacanal,

tomo el ánfora llena, -alzo la frente-

de aquella agua que viene de la fuente

a Dios gracias le doy y al manantial. 

 

Ariello