Llevo en mi carne la condena
de ser una sombra de todos los hombres
Mis huesos agitan estas cadenas
y mi nombre equivale al de todos
Tengo mi furia
marcada en el rostro de Dios
Y mis odios forjan metales
brillantes e incrédulos
No tengo cielos para condenarme
ni la gloria
del sueño
del cielo
del trueno
del viento
Alzo mis ojos y debajo está la luz
Quiebro los cielos y el porvenir
Ya he instruído a mi parca
Soy yo
el primero, el último, el único
soy Caín