Consuelo Soto

Muda

Siento miedo retorcido,

puro, ardiente y ciego,

por dentro se ahoga

no tengo sosiego.

 

Mi labios están sellados,

mi cuerpo en prisión,

mi voz apagada

un nudo mi corazón.

 

Grito en silencio,

me revuelco de dolor,

pues no encuentro el momento,

no encuentro la razón.

 

Tengo miedo,

de lo que veo más allá,

de conocer el mañana,

saber qué va a pasar.

 

Carga pesada me toca,

sobre la espalda llevar,

larga condena espera

por mí de caminar.

 

Pena amarga me oprime,

rasguña sobre y bajo la piel,

mi alma y espíritu yacen

dentro muy dentro de la hiel.

 

Una moneda al barquero,

para que escuche sin hablar,

por un abrazo sincero,

¡Cuánto habré de pagar!