Dos hermanas andan a la greña.
Una de ellas, de falda azul estrellada.
La otra con la cara sonrosada, manzana.
Una quiere lanzarse a los vientos.
La otra quiere ser fiel a sus señores.
Una desea bastarse con sus prendas.
La otra no se atreve a romper las cadenas.
Los señores que las tutelan necesitan de ellas.
Los señores que la acallan no se hallan sin
su presencia, ¡son tan bonitas, tan virtuosas!
Una se llama Estelada, la otra, la otra se llama
Señera, las dos envuelven como espuma la
nacionalidad catalana.
Si quien vive sobre su tierra, si quien prende
sus raíces bajo su rico suelo en viñedos desea
su independencia, ¿Quién soy yo para negarme?
Cada cual que eliga su futuro sin que las leyes
le ponga palos en sus ruedas.
Las leyes deben ser brazos que nos acerquen a
la luna, de lo contrario serán dignas de abolición.
Que los gerifaltes políticos no se rijan por la tiranía
del dios Mammón.
Aunque soy pesimista.
Los políticos son la Aristocracia de esta era tan
tecnificada. Son los potentados que mueven los
hilos de las marionetas del dólar.
El \"Mercado\" del que se habla hasta la saciedad
son los políticos en activo, que extienden sus finos
tentáculos hasta llegar a las arcas de los bancos.
Y también los políticos que, como recompensa a
los sevicios prestados, se sientan en los Consejos
de Administración.