Fueron palabras llevadas por el viento
que vagaban por el inmenso mar
tu alma envenenáda en su momento
tu boca callada y sin poder hablar.
Tu silencio apagaba el fuego encendido
mi café se enfríaba en mi devíl mesa
mi alma gris, como un niño confundido
tu boca cerrada, como tumba entre maleza.
me mirabas con tus ojos inchádos y llorosos
en tus labios el beso se dormía desolado
el latido de tu corazón se escuchaba tenebroso
en tu alma el vacío, por un amor engañado.