\"El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.”
Pablo Neruda
Voy, hago, vengo,
me equivoco ejerciendo,
caigo constantemente
en el polvo,
en el cieno.
Me miro las manos:
desconcierto.
No sé por dónde empezar,
quiero salir del infierno.
Eso es,
primero es un quiero,
segundo es un puedo incipiente,
y tercero se convierte
en un nuevo intento.
Si he de arder de nuevo
me volveré ceniza,
saldré de la cripta
ardiendo,
hecho voluta,
humo ardiente
que se levanta
y lo intenta de nuevo,
que siente,
que cada minuto merece
ser un arma cargada
de incertidumbre,
de futuro incierto,
propósito,
designio,
objeto.