Los truenos hablan llorando por ti, maldito intrépido que mi corazón no dejaste partir
Es que el sonido ardiente y ferviente de cañones;
La brisa que en su voz deja el secreto que a todos silenció;
A lo lejos puedo lograr escuchar el llamado que el perdón me pide dar
Maldiciendo los torrentes y secretos que debe este guardar.
Tormenta maldita, tormenta perdida, es que si por mi fuera nunca te pediría parar de llorar
Pues como a ti, mi corazón se ha partido con un fuerte querer; sigue porque tu hablas por
ambas a la vez;
Dale y no pierdas tiempo ya, que tus lágrimas en mi tacto resbalan y consuela la verdad
Los murmullos desiertos me han de dejar las ganas de mostrar mi alma al admirar
¿Pero que estamos pasando realmente? ¡Dime!, no te detengas que la verdad; ¿Pero que es
con claridad? no se cual pertenece a mi, si mi naturaleza misma traiciona mi juicio
Mi razonamiento nublado por la pena de mi corazón y ¡oh lo he visto! Traición y más
traición.
Penumbra desolada responde ¿Dónde queda mi suerte destacada?
Que el valor de tu palabra este constatada; cierren ventanas de sentido y que
la tormenta busque la respuesta conmigo
Antes que mi transcendencia se vuelva mi experiencia y mi intención mi conciencia
¡No delirios! Pido sentencia a quien que mi razón nubla y me deja perderme en la
interpretación.