En un lugar los fulgores del sueño
con sus destellos trasladan mi esencia,
desaparece de pronto la musa
entre las sombras se pierde en silencio.
Me pregunté cómo pudo la amada
que en el anhelo ha encontrado mi alma,
desvanecer tan ligero su rostro.
Se ve la puerta al final del pasillo
intento abrir anhelante su cierre,
al otro lado deseo encontrarla.
Allí mi vida contiene sus ansias
en un suspiro los labios esperan;
me hacía señas su mano tan suave
mas comprender no podía su signo.
Sus ojos claros brillaban de júbilo
amante fuego tan dulce a mi esencia,
cuando despierto me siento contento
que en este sueño se enlace a mi sueño.
Lupercio de Providencia