Vito_Angeli

Sentir el sol

De frente, asumiendo su presencia,

el rostro recibe el primer encuentro;

por la luz se vislumbra la secuencia

de alimentar cada vida con su fuego.

 

Cierra los ojos y hasta respiras calor

de su mano extendida sobre la piel:

es una caricia tan suave con candor

haciendo el día como si fueran diez.

 

Es su amparo este manto de ternura

devenido naturaleza por obra divina;

si lo ignoras, búscalo sin armadura,

su corazón volcánico te será de guía.