¡qué clase de arlequín! cambias tu máscara y tu nombre;
encantas, sonríes, juegas y te quisiera de cabeza.
Cambias tanto que, cuando puedo pensar,
me confundo pensando si eres amor o solo dolor.
Vienes a veces o, más bien, a veces te veo venir
o, aún más, a veces quiero que vengas.
Hace tiempo te extrañaba,
hace tiempo quería decirte que te agradecía,
hace tiempo que no te veía,
ahora debo decirte que te extrañaré de nuevo.