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es un gesto de amistad
que hago con humildad
de manera personal.
Es mi aporte individual
sin presumir de erudito,
y si en algún escrito
noto alguna incorrección
mejor doy mi apreciación
en privado y suavecito.
Porque el don de corregir
en público es mofa absurda
que de manera tan burda
su objetivo es deslucir.
Preferible es comedir
la crítica destructiva,
dejarse de lavativa
desprestigiando al que escribe
verso es verso, pues describe
su dimensión subjetiva.
Si por alguna razón
he ofendido en otrora
pido perdón por ahora,
lo escribo de corazón.
Atrás dejo la cuestión
de polémicas pueriles,
altercados infantiles
que no aportan nada serio,
evito el vil improperio
contra lectores hostiles.
Mi visión es pertinaz,
pretendo llegar al fondo,
escarbar hasta lo hondo
de manera perspicaz.
Si el escribiente es audaz
y cautiva con retórica,
si su avidez metafórica
lo convierte en un Odín
le coloco el banderín
de calidad categórica.