Cada noche mis pensamientos
vestidos
con viejas túnicas moradas…
Vuelan impacientes hasta tus aposentos
para amarte
con la pasión y ternura que amaban
a sus mujeres
aquellos dioses mitológicos
que fueron expulsados de la tierra
por el egoísmo y la vanidad
de unos hombres que se creían dioses.
Cada noche mis pensamientos
vuelan
a lomos de una nube blanca…
Para morir ahogados en el mar de tu boca.