Quiero perderme por el camino del exceso,
descoserte poco a poco y enhebrarte de nuevo,
a mi piel, a la rotunda urgencia de mis deseos,
a este mar que no cesa de llamarte,
mar en celo,
y desplegarme y alcanzarte extensa como un velo
que te cubra en inflamado éxtasis líquido, ciego,
saciar tus labios, flor insaciable de fuego,
duplicarme en ti con vocación de amante,
exhalar aliento,
mientras la noche cae saliendo a nuestro encuentro,
resbalando por la erótica de nuestros juegos,
en la cálida luz de luna me desnudo entero,
me quedo en alma viva y flamante,
donde me entrego,
a tu exuberancia, a tu perfume de dulces ruegos,
donde se rinde y desparrama el cielo abierto,
donde mil campanas tañen y tañen ardiendo,
anunciando la llegada del león rampante,
que colme tu ego.