Como una pausa de río en un recodo,
entro a la cafetería pronto por pausado.
Suelo estirar la nariz y escudriñar el aire,
no dejo de ser animal auque huela loción
después de afeitar...
el café flota como flota la bruma estival.
Lejos, lejos quedó la prisa del día sonoro.
Mi hijo traga tostados y bebe...
Yo trago facturas dulces y bebo.
Los dos en sinfonía somos focas
resoplando entre las mesas.
Él, esta lejos felizmente disfrutando.
Yo estoy tragado por el aliento de la bruma ensimismando lugares,calafateando recuerdos,
levemente retraido del mundo de, el afuera.
Como nací cerca de montañas muy grandes,
seguro que cuando salga de aquí,
trazaré la vista al fondo de la calle
esperando picos y quebradas,
aunque de antemano sepa, que Buenos Aires duerme en el llano y se acaricia de verdes pastos colmado.