Alejandro Ponce

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Me encuentro solo, acompañado únicamente por mis pensamientos, acompasados a mis latidos. El mío cardio al ritmo de las nubes rojas que se esbozan por sobre los techos de las casas.
Pienso en todas esas cosas que ignoro en mi día a día, como las luces en la colonia, parecen ojos observándome en la oscuridad, hoy no me siento solo.
Estoy aquí, en algún punto elevado imaginando, cuestionándome quienes habitan esas casas, las que iluminan con sus ojos...

Me hundo en la nostalgia.

Al incorporarme veo infantes gozando de los buenos años quisiera advertirles que disfruten.
- Rían, jueguen!!
(-ahora que pueden, pues los años traen consigo madurez en algunos casos, muchas veces alcanzada sólo a través del sufrimiento)

Somos artesanías de barro que deben exponerse a fuego (tal vez de ahí la frase polvo somos y en polvo nos convertiremos).
No me atrevo a lastimarlos con las verdades de la vida, no debo ser yo quién rasgue su inocencia, obligándolos a madurar.
Me limito a contener la memoria de los años recorridos, y observar quieto, cual amante bajo cielo nocturno.