En la porción del terreno
que yo recibí de herencia
parece no ser ausencia
y no sentirse un ajeno.
Cobija el suelo en su seno
de las almas el misterio.
No es cárcel el cementerio
del que llore en su partida.
Después de la muerte hay vida
en quien acepta el criterio.
Desafiando esa distancia
pone él su mano en mi hombro
y sin atisbo de asombro
en mi renáce la infancia.
Siendo_ una la fragancia
a todos sabe distinta.
Una semilla hoy encinta
me dijo, por si la escucho.
Aquel que murió hace mucho…
a veces ronda en la quinta.