Me equivoqué contigo
gaviota de espuma blanca:
Hubiese dado por ti la vida
cuando desorientada y perdida
llegaste medio muerta y rendida
sobrevolando la mar embravecida.
,
Te acuné al arrullo de mi alma,
te di de comer en mis manos,
sané tus heridas mortales
hendidas por fieros dardos.
Enamorada de la espuma de tu blancura
era para mi tu imagen armoniosa y pura,
me transmitía el mirarte tanta ternura
cual la más frágil criatura.
Admiré tu grandeza espiritual,
de tu acento magistral las Artes,
el sutil encanto de tu cara angelical
comparado con la reina de las aves.
Desapareciste de pronto
silenciando tu existencia,
sé que en algún lugar remoto
vives alegre y sin conciencia.
Ahora soy yo la que se siente perdida
y muere de tristeza y soledad cada día,
la que espera en vano tu llegada
tu calor y compañía.
Sabes de mi dolor y necesidades
y no apareces por ninguna parte,
hoy serás gaviota de otros mares
cruel, traicionera y arrogante.
¡Pues no presumas orgullosa
de tu blancura inmaculada,
recuerda que le debes la vida
a esta humilde poetisa!
Ya no te espero ni quiero nada de ti,
tampoco que te poses en mi ventana,
y si algún día tus alas rozan el cielo
que Dios se apiade de tu alma.
Me equivoqué contigo
gaviota de espuma blanca.
Fina