Esta vez tampoco voy a esperarte. Falta la voluntad, pero sobre todo faltas tú. Cerraré la puerta con candado, pondré un par de cadenas, me arrastraré hasta la cama, recordaré hasta que llegue el olvido y me diga que en esta historia ninguno de los dos fue el personaje principal. El personaje principal fue la distancia. Todo giraba en torno a tus pretextos y a mis miedos. Todo, incluyendo la valentía absurda de romper la calma y exigirme. Pero exigirme qué, si cada vez que iba a por ti, tú ya no estabas. Era como correr detrás de un tren que se aleja, de un avión que surca el cielo, que va a parar a un lugar del que no hablan los mapas. Uno donde las cadenas no sirven, donde protegerse siempre estará de más, donde mirar al pasado es otra forma de ponerle sal a la herida. Por eso es que no voy a esperarte. Contaré los minutos mirando el techo. Dibujaré sombras en mi mente. Intentaré recordar hasta olvidarte. Hasta olvidar que te recuerdo. Que te quiero para siempre…