Cinco placas tectónicas se disputan en el subsuelo
moviéndose sobre ígneos y profundos magmas
a merced del azar, que es su único criterio.
Fuerzas titánicas colisionan en infernal batalla
y México se quiebra en su tierra convulsa
por espasmos incoercibles de un suelo inestable
como desenfrenada, incontenible y febril tiritona
en este septiembre, ya maldito para su historia.
Y la muerte, acechante, llegó de pronto
implacable, escondida entre escombros y lamentos
asomando entre los restos de vidas fracturadas
Y de nuevo la desolación y el dolor
y las pérdidas y los duelos
la fulminación de un tiempo anterior
y la anulación del futuro pretérito
México tiembla y mi corazón se encoge,
una vez más ante tal infortunio.
Rogaremos con fervor a los dioses
por su pronta recuperación
y que en su suelo , cesen los temblores