Aquella noche lucías radiante,
Tu sonrisa era brillante,
Tus ojos tan hermosos y deslumbrantes;
Cual si fuesen dos lindos diamantes.
Aquella noche, las estrellas nos acompañaban
Cuando con tanta pasión, nuestros cuerpos se juntaban
Y en la eternidad
Nuestras almas se encontraban.
Aquella noche no nos faltaba nada
Era como si la perfección para nosotros estuviera marcada
Porque de mi cuerpo mi alma estaba separada
Para unirse a la tuya con una pasión desenfrenada.
Aquella noche, mi alma te entregue
Del dulce néctar de tu cuerpo me embriague
Aquella noche, a ti me entregue…
Aquella noche, solo aquella noche.