Al día siguiente Juan acudió al llamado de su hermana. –“Roxana estos amigos te han metido en un lio”. –“Te equivocas hermano, nadie me obligo a esto, o mas bien si me obligaron los propios sistemas de gobiernos en el mundo, declarados en un rotundo fracaso lo que nos lleva a la protesta en busca de alguna solución. Te nombrare un error garrafal entre miles de ellos, ¿es justo que en el mundo de hoy, la vida de nuestro planeta se extinga por falta de alimentos, ante la mirada de aquellos que por avaros y sed de poder de sus gobernantes llevan a los pueblos a la inevitable extinción, mientras algunos se gastan sumas millonarias en averiguar si hay vida en otros planetas, otros ensayan el holocausto total?, en tanto aquí mismo, a la vuelta de cualquier esquina simplemente perecen tantos seres humanos a consecuencia de las guerras y cuantas cosas mas que intoxican la vida. Dime hermano cuantos años tienes asistiendo a esas reuniones de cuello blanco, hasta la naturaleza protesta, en la poca atención que le prestan a la conservación del ambiente natural, sabes este es el único planeta con el que contamos y en el que vivimos ahora”. No dijo nada más. Juan movió cielo y tierra hasta que logro la libertad de los chicos, algunos con menos suerte, fallecieron bajo los excesos cometidos por parte de sus opresores aplicando tortura, cosa que fue imposible probar. En un parque unos chicos siguen pintando sueños, cantando, riendo y llorando en el teatro improvisado de la vida, que habla del amor en tiempos de guerra, mientras otros dejan sus huellas en la historia.///
Y la vida continúa…