Alcides Mendoza Z.

vercitos

Pronto han de empezar, a pedir para “dar”, para ufanarse de aquello, que no les ha de costar; porque fácil es desprenderse de lo ajeno, de lo que no se trabajó, acomodaticio es para la burda prensa él querer siempre tocar el corazón de la audiencia, más proterva intensión, que aquella solicitud encierra; porque queriendo ser noble, es a la verdad morbosa.
Siempre cicatera, interesada, y mezquina, nunca da nada por nada y a tajos de desgracia saca aquello que llama noticia, a doble calamidad se enfrenta quién en su seno el infortunio consigo lleva, ya que son por demás estúpidas las preguntas que al infeliz entrevistado vierte, repitiendo pregunta y respuesta y entre respuesta y pregunta no hay ni pregunta ni respuesta en la mala dada noticia que el infame periodista cuenta.
Peor aún es la pauta beligerante, de tal cobertura, que engullida en su estupor, hilarante muestra disfrazada de sensibilidad, la carencia, el óbito, el día malo, o la cruel realidad del que la padece, apelan al buen corazón de las personas, siempre dispuestas al prójimo, piden y piden sin que ellos den nada, porque así son los que dan de lo ajeno, porque así son quienes nunca dan nada.