Margarita, mujer hecha poema,
elegante como espiga en un trigal,
que ondulante se mece con los vientos
y recrea mi vista al caminar,
me fascinan tus ojos misteriosos
que iluminan tu rostro sin igual…
son dos gemas preciosas que refulgen
irradiando con su luz la obscuridad.
Tus labios son dos frutos tentadores
que me invitan su dulzura a disfrutar,
me embriago en sus exóticos sabores
que en tu boca se mezclan sin igual,
son tus besos la droga prohibida
que tengo cada día que buscar…
me llevan en un viaje sin regreso
a un mundo de amor, felicidad.
Cuando estas a mi lado solo escucho
el sonido melodioso de tu voz,
que transporta mi mente al paraíso
donde vamos disfrutando del amor,
nos perdemos en pasión desenfrenada
donde estamos solamente tu y yo,
eres la causa y el motivo
que le da a mi existencia la razón.