Layd

.Historias de ron.

Como un beso de cristales rojos,
se asoma a la ventana la hiel,
como un alisier, como un abrazo roto,
las venas de la senil historia volando en la sien.

 

 

Y de vestigios cansados los te quiero,
como putas que vuelven sin dinero,
como el cigarrillo que quema la piel,
y la maldita sed de beber por beber.

  

 

Vuelve del teatro la pérfida historia,
se repite como la mala sombra,
se vomita tal fuese humo de callejas,
bajo como los golpes bajos.

 


tiene las manos vacias y el corazon lleno de botellas,
anda de noche con olor a paccioli y a ron,
el no saber nada de ti a la alborada, triste y llena de belleza,
con sutileza ahorcar la almohada que intenta ser lo que fui.

 

 

Torpe, razonable, así como el buen borracho,
y despierta y agoniza y pernocta lejos de casa,
vida que no exhorta de perder la gracia,
y la eficacia de morir los viernes en una taza... de café.