Desperté y pensé en ti,
Rubi, quisiera tanto
besarte las manos.
Recuerdo haber leído
la revista de moda
de las chicas de la secundaria,
ahí leí:
si un hombre te besa las manos;
te ama.
pensé: que locura.
Rubi, estoy jodido,
pero,
¿verdad qué tú también me amas?