Anta

Veo que se acaba el café...

En la suavidad de tus manos me dejo ir, como si mi inocencia
o mis cantos solo fueran los de un mártir que quiere huir.
En ti añoro los momentos que perdí, Y los revivo en un solo segundo,
como si nunca se fueran a ir de mi.

No hay razón para negarte, caricia que revive y mata.
No hay razón para abandonarte y dejarte sola con tu mirada.
No hay razón para un mortal de seguir sin tu galaxia,
No hay razón que venga de mi para dejarte ir.

Es un día más mezclado con esta agua,
caliente sorbo de rezos que han sido profanados.
¿Cómo alejarme de ti, musa que cambias mi intelecto?
Dime tu secreto, o déjame observar sin decir palabra.

Dime tu secreto musa, a pesar de ser solo un obseso,
Dime tu intelecto, a pesar de que mi vida no te agrade.
Podría seguir tu camino, no abandonarte...
Sé que soy solo la astucia en los ojos de Calisto...
Pero si tú me amas, yo prometo no dejarte.