Si te nombro Bella, como he de negar,
que en algo tiene que ver tu corta pero dulce sonrisa,
o tu cabello largo y negro que celos causa sin duda alguna
a las noches de tu mes de octubre.
Si te nombro Bella, como he de evitar
decir que en algo tiene que ver tu perfecta estatura,
al lograr que en cada abrazo, en el espacio poco existente
entre tu pecho y el mío se forme un eterno instante.
Si te nombro Bella, como he de creer,
que en nada tiene que ver tu paso corto al andar,
si cuando caminas encantas, y uno te imagina
como si pisaras suaves y tiernas motas de nube.
Si te nombro Bella, como he de suponer,
que en nada tiene que ver tu mirada triste,
esa misma que he osado dibujar, pero que quizá por mi inocua
y extraña locura, igualar no he podido evidentemente.
Si te nombro Bella, como no he de pensar,
que en algo tienen que ver tus frágiles y hermosas manos,
manos de amor hechas del rojo jugó de sandía, y el silencio
que a veces guardas de repente.
Si te nombro Bella, como he de intentar no hacerlo,
si en mucho tiene que ver lo que llevas piel adentro,
tu fuerza, tu valor, la proeza no simple de ser mujer, de luchar
inexplicablemente incansable.
Si te nombro Bella, como no he de hacerlo,
si en algo tiene que ver que te piense cada despertar
aún cuando los buenos días no te de, por tonto orgullo quizá
o porque simplemente espero aún, las buenas noches de ayer.