Allá en la lejanía
Te veo en lontananza como todo lo que cuentan las historias
Y tan cercana como lo bello que recuerda mi memoria
Y es muy loco todo esto, que no se realmente dónde moras
Tu figura borrosa se agiganta en el tiempo ya vivido
Y por tu grácil andar deduzco que eres tú, dulce bien mío
Mi angustia se acrecienta al no saber con quién te besas,
Más aquí, te siento en el ronroneo suave de tu gato
En el ladrido alegre del perro que es mi preferido
En la sombra oscura de la noche donde a solas solías meditar
Y en la cama, donde ardiente, loca de amor jurabas
que me amabas y serías siempre, entrañablemente mía.
En esta encrucijada de mi triste vida torturada
Escucho en la lejanía las mentiras que tu boca murmuraba
Y que, en mis ansias de quererte, mi locura en verdades transformaba
Para que, engañado, el corazón siguiera latiendo en armonía.
Al estar y no estar tú, las penas y alegrías se extravían
Apurando sin pausa, en mi destino, la agonía.