AZULNOCHE

Los cipreses duermen a su lado.

Desde ese cielo azul que te acoge,

llega la luz desesperada

llorando siléncios espesos;

despertando al aire dormido

acurrucádo en las ramas.

 

Cortinas blancas de nubes

van dejándo una estela

de eternidad reposada

y todo el frío junto de un invierno

con sus días de soledad en mi alma.

 

Lágrimas de cristal

brotan llorosas,

desde la hondura de un campo

sembrado de rosas blancas;

en el túnel del corazón

con aromas de alas en calma.

 

Los cipreses duermen a su lado,

lloran a sus ojos azules

cerrados para siempre

clavados en el recuerdo.

 

Tiemblan al soplo suave de la brisa

rodéando la piedra fría

que guarda sus cenizas

abrazándo su sombra,

lenta, hacia el infinito.

 

Velas, flores,

y plegarias acompañan.

 

23-9-2017